J'étais invitée à Madrid mi-décembre pour les signer, mais hélas les dates ne convenaient pas...
Rendez-vous à Barcelone en 2015 j'espère !
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Reseña: «El bosque de las vírgenes» de Jean Dufaux y Béatrice Tillier
La guerra entre la carne y el pelo ha estallado, pero las diferencias entre ambos mundos no son tantas como pensamos.
Los cuentos tradicionales no sufren el paso del tiempo como otras facetas de nuestra sociedad. El didactismo implícito en cada uno de ellos permite que aún hoy en día puedan ser utilizados en los colegios como una manera amena y divertida de enseñar –aunque esa práctica no sea precisamente de las más extendidas–, pero también como entretenimiento oral y escrito, reflejo de siglos y siglos de evolución humana. Pero los cuentos deben, a la fuerza, mostrar algún tipo de cambio, y lo hemos visto en multitud de ocasiones: en películas de animación, en videojuegos, en la literatura, y también en el cómic.
El mundo de la bande dessinée no deja de sorprenderme, primero por la calidad artística inherente al término, y segundo porque podemos encontrar lecturas de todo tipo de catadura, desde historias románticas, secuencias de acción, espionaje, hasta versiones de los cuentos tradicionales de toda la vida como este del que hablo a continuación: El bosque de las vírgenes. Jean Dufaux ha picoteado de aquí y allá de la bibliografía de Charles Perrault y ha extraído la materia básica de cuentos como el de la bella y la bestia o el de Caperucita roja, por citar los más evidentes, para crear una historia en tres actos donde prima el romanticismo, la venganza y, por encima de todo, la guerra. El bosque de las vírgenes es sobre todo una historia donde encontramos muchas secuencias bélicas y mucha sangre, ¿porque acaso el líquido rojo no abunda en los cuentos tradicionales previamente no edulcorados?
El tema central lo ocupa el ancestral enfrentamiento entre hombres y criaturas con pelo, desde las alimañas corrientes hasta el imperio de los lobos antropomórficos que son los que más encontraremos en el relato. El bosque de las vírgenes arranca con el inicio de un pacto entre hombres y lobos, la fusión entre carne y pelo que dará como fruto una paz duradera para ambas especies. Alba, la joven hija del señor de Arcan –la Bella de esta historia–, y Lobo de fuego, el más joven de los dos hijos de Lobo de piedra, están a punto de contraer matrimonio, pero el plan urdido por Alba y su hermano incluye el asesinato del novio y la ruptura del pacto, lo que da lugar a una sangrienta guerra que asolará el país entero.
Jean Dufaux explora aquí el tema del cuento tradicional adaptándolo a su propia visión de como deben ser las cosas. Dufaux ha escrito muchas veces en términos fantásticos (ahí está Sortilegios junto a José Luis Munuera), pero también en términos históricos como en Munuera, y en ambos universos siempre retrata el tema del mundo que llega a su fin: en El bosque de las vírgenes es el imaginario fantástico, como hombres y bestias, aunque diferentes en aspecto pero muy similares en conducta, el que termina destrozando el mundo conocido, lo que acaba por afectar a otros habitantes de dicho escenario. El contraste entre mundos fantástico y mundo de los humanos está muy bien establecido, y aunque podemos encontrar muchas diferencias entre ambos, se parecen tanto que al final todos terminan actuando de una forma muy parecida y con unas consecuencias desmesuradas, sin lugar a dudas un fiel reflejo del mundo actual y donde el terreno de la fantasía y lo sobrenatural se queda cada vez más atrás en pos de otros valores.
En relación a esto, Jean Dufaux comenta en la entrevista que encontramos al final del volumen: "en nuestra época no tenemos tiempo de disfrutar de lo fantástico, debemos ser productivos, competitivos, y para eso nos alejamos de los senderos de la fantasía, que son los mismos que los del sueño y el descanso [...] Para mí, dentro de un bosque de verdad siempre habrá un ogro [...] Vivimos en una época en que no perdemos tiempo con los ogros del bosque."
El bosque de las vírgenes hace gala de tantos recursos narrativos que es difícil enumerarlos todos. En primer lugar, no podemos hablar del cómic sin hacer hincapié en el fantástico apartado gráfico de Béatrice Tillier. Es gracias a ella que El bosque de las vírgenes es como es, y ya lo dice el propio Jean Dufaux: "hasta que no conocí a Béatrice Tillier volví a sentir la necesidad de escribir un cuento." Su percepción, sus colores y sus lápices –aunque en ocasiones sus personajes parecen tener ciertas poses forzadas y una ligera desproporción en el cuerpo, es un efecto buscado– permiten adentrarnos en el terreno fantástico establecido por Dufaux –con algunos toques de atmósfera de terror y sexualidad, junto a reutilización de los cuentos clásicos– de una manera que quizá otro dibujante no hubiera conseguido: es gracias a ella (y también al guión del belga) que tenemos la sensación de estar leyendo un cuento de los de toda la vida, y sin esa sensación el cómic hubiera fallado estrepitosamente su cometido. En segundo lugar, el tema fantástico que rodea al bosque de las vírgenes adopta el papel de lugar de otro mundo –y poblado por otras criaturas fantásticas surgidas de la mitología– en que los personajes pueden, o deben, encontrar refugio, tema común a muchas historias de fantasía, pero aquí el lugar de descanso y meditación es en realidad un lugar peligroso que busca su propia destrucción.
La edición de Yermo Ediciones es muy buena: se trata de una trilogía recopilada en un único volumen, con una calidad de papel y encuadernación acorde al resto de su catálogo, y aunque el precio pueda parecer elevado para ciertos bolsillos, hay que pensar que de esta manera se ahorra muchísimo que comprando los álbumes por separado. Si te gusta la BD, los cuentos tradicionales y las historias de fantasía, sencillamente no te puedes perder El bosque de las vírgenes.
Cada vez que leo una historia de Dufaux, el guionista belga consigue transportarme hasta una época lejana, reflejo de nuestra cultura al borde de la extinción, y en eso es uno de los mejores; con Trillier ha conseguido atraparme dentro de un cuento, despertando sensaciones al mismo tiempo de calma y de venganza desmedida por saber como acabará toda esa ola de destrucción a la que parecen abocados tanto humanos como bestias. Los cuentos son así, una manifestación de nuestros terrores, nuestras actitudes y nuestras aspiraciones, ni más ni menos.
Los cuentos tradicionales no sufren el paso del tiempo como otras facetas de nuestra sociedad. El didactismo implícito en cada uno de ellos permite que aún hoy en día puedan ser utilizados en los colegios como una manera amena y divertida de enseñar –aunque esa práctica no sea precisamente de las más extendidas–, pero también como entretenimiento oral y escrito, reflejo de siglos y siglos de evolución humana. Pero los cuentos deben, a la fuerza, mostrar algún tipo de cambio, y lo hemos visto en multitud de ocasiones: en películas de animación, en videojuegos, en la literatura, y también en el cómic.
El mundo de la bande dessinée no deja de sorprenderme, primero por la calidad artística inherente al término, y segundo porque podemos encontrar lecturas de todo tipo de catadura, desde historias románticas, secuencias de acción, espionaje, hasta versiones de los cuentos tradicionales de toda la vida como este del que hablo a continuación: El bosque de las vírgenes. Jean Dufaux ha picoteado de aquí y allá de la bibliografía de Charles Perrault y ha extraído la materia básica de cuentos como el de la bella y la bestia o el de Caperucita roja, por citar los más evidentes, para crear una historia en tres actos donde prima el romanticismo, la venganza y, por encima de todo, la guerra. El bosque de las vírgenes es sobre todo una historia donde encontramos muchas secuencias bélicas y mucha sangre, ¿porque acaso el líquido rojo no abunda en los cuentos tradicionales previamente no edulcorados?
El tema central lo ocupa el ancestral enfrentamiento entre hombres y criaturas con pelo, desde las alimañas corrientes hasta el imperio de los lobos antropomórficos que son los que más encontraremos en el relato. El bosque de las vírgenes arranca con el inicio de un pacto entre hombres y lobos, la fusión entre carne y pelo que dará como fruto una paz duradera para ambas especies. Alba, la joven hija del señor de Arcan –la Bella de esta historia–, y Lobo de fuego, el más joven de los dos hijos de Lobo de piedra, están a punto de contraer matrimonio, pero el plan urdido por Alba y su hermano incluye el asesinato del novio y la ruptura del pacto, lo que da lugar a una sangrienta guerra que asolará el país entero.
Jean Dufaux explora aquí el tema del cuento tradicional adaptándolo a su propia visión de como deben ser las cosas. Dufaux ha escrito muchas veces en términos fantásticos (ahí está Sortilegios junto a José Luis Munuera), pero también en términos históricos como en Munuera, y en ambos universos siempre retrata el tema del mundo que llega a su fin: en El bosque de las vírgenes es el imaginario fantástico, como hombres y bestias, aunque diferentes en aspecto pero muy similares en conducta, el que termina destrozando el mundo conocido, lo que acaba por afectar a otros habitantes de dicho escenario. El contraste entre mundos fantástico y mundo de los humanos está muy bien establecido, y aunque podemos encontrar muchas diferencias entre ambos, se parecen tanto que al final todos terminan actuando de una forma muy parecida y con unas consecuencias desmesuradas, sin lugar a dudas un fiel reflejo del mundo actual y donde el terreno de la fantasía y lo sobrenatural se queda cada vez más atrás en pos de otros valores.
En relación a esto, Jean Dufaux comenta en la entrevista que encontramos al final del volumen: "en nuestra época no tenemos tiempo de disfrutar de lo fantástico, debemos ser productivos, competitivos, y para eso nos alejamos de los senderos de la fantasía, que son los mismos que los del sueño y el descanso [...] Para mí, dentro de un bosque de verdad siempre habrá un ogro [...] Vivimos en una época en que no perdemos tiempo con los ogros del bosque."
El bosque de las vírgenes hace gala de tantos recursos narrativos que es difícil enumerarlos todos. En primer lugar, no podemos hablar del cómic sin hacer hincapié en el fantástico apartado gráfico de Béatrice Tillier. Es gracias a ella que El bosque de las vírgenes es como es, y ya lo dice el propio Jean Dufaux: "hasta que no conocí a Béatrice Tillier volví a sentir la necesidad de escribir un cuento." Su percepción, sus colores y sus lápices –aunque en ocasiones sus personajes parecen tener ciertas poses forzadas y una ligera desproporción en el cuerpo, es un efecto buscado– permiten adentrarnos en el terreno fantástico establecido por Dufaux –con algunos toques de atmósfera de terror y sexualidad, junto a reutilización de los cuentos clásicos– de una manera que quizá otro dibujante no hubiera conseguido: es gracias a ella (y también al guión del belga) que tenemos la sensación de estar leyendo un cuento de los de toda la vida, y sin esa sensación el cómic hubiera fallado estrepitosamente su cometido. En segundo lugar, el tema fantástico que rodea al bosque de las vírgenes adopta el papel de lugar de otro mundo –y poblado por otras criaturas fantásticas surgidas de la mitología– en que los personajes pueden, o deben, encontrar refugio, tema común a muchas historias de fantasía, pero aquí el lugar de descanso y meditación es en realidad un lugar peligroso que busca su propia destrucción.
La edición de Yermo Ediciones es muy buena: se trata de una trilogía recopilada en un único volumen, con una calidad de papel y encuadernación acorde al resto de su catálogo, y aunque el precio pueda parecer elevado para ciertos bolsillos, hay que pensar que de esta manera se ahorra muchísimo que comprando los álbumes por separado. Si te gusta la BD, los cuentos tradicionales y las historias de fantasía, sencillamente no te puedes perder El bosque de las vírgenes.
Cada vez que leo una historia de Dufaux, el guionista belga consigue transportarme hasta una época lejana, reflejo de nuestra cultura al borde de la extinción, y en eso es uno de los mejores; con Trillier ha conseguido atraparme dentro de un cuento, despertando sensaciones al mismo tiempo de calma y de venganza desmedida por saber como acabará toda esa ola de destrucción a la que parecen abocados tanto humanos como bestias. Los cuentos son así, una manifestación de nuestros terrores, nuestras actitudes y nuestras aspiraciones, ni más ni menos.
FICHA TÉCNICA
Fecha de publicación: 5 septiembre, 2014. Editor: Yermo Ediciones. Géneros: Fantasía, Cuentos. Traducción: -. Páginas: 176. Precio: 35 €. Electrónico: No. Correlación: Lectura independiente, trilogía recopilada en un único volumen.
Fecha de publicación: 5 septiembre, 2014. Editor: Yermo Ediciones. Géneros: Fantasía, Cuentos. Traducción: -. Páginas: 176. Precio: 35 €. Electrónico: No. Correlación: Lectura independiente, trilogía recopilada en un único volumen.
VALORACIÓN
★★★★★